Caramelos de veneno
Nos inclinamos a menudo, hablamos de desnudos,
cantamos al amor...
Desafiamos a la suerte, tememos a la muerte
mentimos al dolor...
Nos rodeamos de dementes, nunca nada es suficiente
todo tiene su color...
Engañados los creyentes, futuros sin presentes
parad el mundo, me bajo yo.
Mariposas llenas de poesías, ríen y lían mi estomago de prosa y generosa melancolía.
Mariposas... lenas de barro, sin alas
sin vida... mariposas perdidas.
¿Dónde están los amores que dicen las canciones?
¿Dónde están los colores que sueñan los pintores?
En blanco y negro, siento en blanco y negro
Espacio y tiempo, me siento en otra dimensión
Esparto y cieno, caramelos de veneno en cada digestión.
Me alimento de fracasos, con sonrisas de payaso
alimento mi aflicción...
Parad el mundo, ahora si, me bajo yo.
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el hombre que no sabía reir en serio -